La mente y el tratamiento del cáncer

El cáncer es un padecimiento que llega a  afecta en gran medida a la población mexicana. Adultos mayores, adultos jóvenes, adolescentes e inclusive niños, se ven afectados por esta enfermedad crónica. Detectada a tiempo, permite un rápido y agresivo ataque y más esperanza de ser derrotada. Sin embargo, es un misterio aún el por qué un tratamiento del cáncer puede funcionar en una persona, y en otra no, a pesar de que es prácticamente la misma solución.

Mientras esperamos que los expertos investigadores, científicos y médicos descifren el enigma de esta enfermedad tan agresiva, debemos enfocarnos a lo que sabemos, confiar en las medicinas y esperar sólo el mejor panorama. Entre los pocos secretos que el mundo de la medicina ha dado a conocer, se encuentra uno que quizá no te parezca tan descabellado. Si lo analizamos con detenimiento, en realidad es muy lógico. Los escépticos, por supuesto, se rehusarán a aplicar este pequeño detalle a sus vidas. Pero no tomes ninguna posición en contra o a favor hasta que termines de leer.

Relación de la salud mental con la salud física

William James, filósofo originario de Nueva York, Estados Unidos, solía decir que “la mejor arma contra el estrés era el poder elegir un pensamiento en lugar de otro”.

Y el estrés es sólo un pequeño obstáculo en la paz mental. ¿Qué enfermedades pueden desarrollarse de este obstáculo diminuto? Alergias, colitis, migrañas, pérdida de apetito y trastornos de alimentación, trastornos de sueño, resfriados, tics nerviosos, en fin…tantas consecuencias negativas derivadas de un pobre control sobre uno mismo. Imagina ahora lo que más trastornos mentales pueden provocar como reacción en el cuerpo.

¿Cómo se puede utilizar la mente para acelerar el proceso de sanamiento de un paciente con cáncer?

Así como los efectos negativos que tiene la mente sobre el cuerpo, de la misma forma puede la mente llegar a “mandar” al resto de los órganos y células que combatan la enfermedad. Un tratamiento del cáncer suele ser más efectivo si la mente del paciente trabaja en conjunto con las medicinas.

Por años se ha visto que aquellas personas que están dispuestas a curarse, que comienzan su proceso de combate con una actitud de lucha, de perseverancia y esperanza, son más propensas a recuperarse por completo.

Los investigadores creen que es debido a las sustancias químicas que el cerebro desprende para estimular las endorfinas, que son las hormonas encargadas de proveer placer y felicidad, las cuales contrarrestan los sentimientos de depresión, ansiedad o estrés. Desprende también sustancias que estimulan efectos antidepresivos y anti-inflamatorios. Además, por si fuera poco, de igual forma es el cerebro el que regula el nivel celular, así como la regeneración de las células.

Por supuesto, aunados al tratamiento médico del cáncer y al esfuerzo por mantener la actitud positiva, una alimentación balanceada, unos hábitos saludables, incluso el ambiente y las personas de los alrededores pueden también influir en la recuperación pronta.

El poder que la actitud tiene sobre no sólo uno mismo sino sobre el mundo, es tan grande, que incluso se han realizado estudios en los cuales se comprueba el efecto placebo: dos grupos de pacientes son suministrados píldoras. Un grupo tiene la medicina real, y el otro tiene una píldora con compuesto que no es medicina. Ambos grupos sienten “los efectos sanadores”. Este fenómeno es llamado también “El efecto de expectativa”, lo cual simplemente quiere decir que lo que la mente espera que suceda, tiene una influencia en lo que sucede realmente en el cuerpo. Esto está relacionado sin lugar a dudas, con las reacciones químicas que hemos expuesto anteriormente en este artículo.

La inteligencia emocional y cómo se relaciona con el tratamiento del cáncer.

Por si aún no te suena familiar, la inteligencia emocional es un concepto que si bien existe desde hace siglos, últimamente se popularizó y describió de tal manera que se ha estado utilizando en todos lados, desde los reclutamientos para trabajo hasta la medicina clínica. La inteligencia emocional es aquella habilidad que tienen ciertas personas para poder equilibrar sus sentimientos y sus pensamientos, de manera que se permiten actuar con lógica, practicidad y con virtud.

La inteligencia emocional es una habilidad que se puede desarrollar en cualquier persona. Puesto que es un control ejercido sobre uno mismo, supone la activación en el cerebro de partes que quizás no estaban tan conscientemente utilizadas pero que prácticamente todos poseemos. Abarca características tan generales como la asertividad y la empatía como características tan específicas como el saber leer a las personas y cómo ejercer influencia en ellas. Pero en este caso, a nosotros nos interesa por su relación con la salud mental.

Digamos que es la parte que puede llegar a controlar la salud mental en la persona. Es una conscientización de lo que se siente (no en el cuerpo, sino como sentimientos per se) lo cual está también directamente relacionado con lo que se piensa. Y ya hemos visto cómo los pensamientos pueden llegar a entorpecer, alentar, incentivar o priorizar el sanamiento de una persona. Aprender a cultivar la inteligencia emocional puede llegar a ser otra arma poderosísima para el tratamiento del cáncer.

Técnicas como el aprender a conocerse a uno mismo, el activar o desactivar recuerdos, el visualizar metas y saber qué es lo que incentiva a cumplirlas, el controlar reacciones voluntarias y moldear las involuntarias, así como aprender a incrementar la paciencia o la empatía, son algunas de las herramientas que pueden llegar a ser efectivas en un proceso de curación.

No permitas que el cáncer enferme también tu mente y tu corazón. Inicia ya tu pronta recuperación, trabajando con inteligencia emocional y sobre la salud de tu mente. Apóyate en el Dr. Longueira, quien con su experiencia, constante actualización, expertise y comprensión, podrá brindarte la parte médica que complementa todo el paquete de sanamiento.

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