¿Qué tenemos de nuevo en el Síndrome de Intestino Irritable?

Muchos son los estudios tratando de comprender como se comportan   y el porqué de los trastornos funcionales digestivos (TFD).  Aldo Torsoli desde 1991 comenzó el arduo trabajo de recopilar investigaciones de expertos (fisiólogos, gastroenterólogos, investigadores clínicos) en lo que se conoce como criterios de   roma; actualmente los criterios van en la versión IV, y la comprensión de estos trastornos a pesar de los grandes avances en la fisiología, conocimientos del microbiota y neuro gastroenterología siguen siendo un reto para la interpretación de los clínicos en medicina.

Existen claras evidencias en que las explicaciones de los TFD se deben a una compleja y estrecha relación entre el eje intestino- cerebro, la cual fluye de manera bidireccional, estimulando células en del tubo digestivo, provocando respuestas con la traducción en el origen de diversos síntomas (inflamación abdominal, dolor mal sistematizado o cambiante, modificaciones en la forma y textura de las evacuaciones, llenura   estomacal, eructos etc.).

¿Qué es un trastorno funcional digestivo?

Se dice al problema del tubo digestivo, cuyo origen o causa no tiene un fondo orgánico, es decir no hay una ulcera, no hay un tumor, no hay causa infecciosa, no hay divertículos o pólipos o trastornos autoinmunes que expliquen el origen del problema, sino que es debido a una alteración en este complejo entramado de cerebro-intestino.

El  objetivo primordial del gastroenterólogo  es  “diferenciar” que los datos que presenta el paciente no tengan  un fondo orgánico ya que esto pudiera encubrir síntomas de una enfermedad grave y busca  estar atento a probables síntomas de alerta  (pérdida  de peso,  sangrado  de  tubo digestivo,   fiebre,  cambios  bruscos y cada vez más incapacitantes  en su forma de evacuar, dolores  musculares o articulares, comportamiento  del dolor ;  lo cual  cambiaria su  forma de estudiarlo  y el pronóstico de la enfermedad es  totalmente  diferente. (1).

La clasificación de los trastornos funcionales digestivos (según Roma III) se basa en síntomas   y se dividen en 8 grupos desde la a hasta la h.

El síndrome de intestino irritable pertenece al grupo C, y tiene 3 formas primordiales de presentarse; variedad estreñimiento, variedad tránsito acelerado (diarrea) y variedad mixta, el otro trastorno funcional más frecuente es la llamada dispepsia funcional que se define como la sensación de sentirse lleno, de eructar frecuentemente, o de tener ardor o malestar en el estómago sin causas aparentes. Pertenece al grupo B de la clasificación (2).

“unos buenos intestinos son muchos más valiosos para un ser humano que cualquier cantidad de cerebros” (3).

¿Como entender la relación que existe entre la conexión del intestino con el cerebro?

Son muchos los trabajos que demuestran que existe una clara interacción entre el cerebro y el intestino y que esta es de manera bidireccional, entre los factores más destacados en esta relación se encuentra el microbiota intestinal, y las alteraciones en la sensibilidad para describir el dolor en pacientes que les genera incapacidad y discapacidad en su vida diaria.  (síndrome de dolor abdominal funcional- pertenece al grupo d de la clasificación de los trastornos funcionales digestivos).

Los estímulos (mala alimentación,  estrés, causas infecciosas, uso injustificado  de antibióticos)  provocan cambios en la  microbiota  (disbiosis) lo cual produce una respuesta  del cerebro que viaja por diversas conexiones neurales produciendo un estímulo en la células del tubo digestivo (esófago, estomago, intestino delgado,  colon , vesícula etc.) lo cual a través de neurotransmisores (dopamina, serotonina,  péptido inhibidor vaso activo) estimulan a los órganos dando una respuesta (inflamación, dolor cambiante, cambios en evacuación etc.), (4).

¿Que es la neuro modulación?

Una  de las herramientas para  tratar de controlar diversos síntomas gastrointestinales ; que no ceden  a terapias  convencionales o de primera línea,  es la neuro modulación,  usando medicamentos que normalmente se usan en el control de la ansiedad o la depresión pero  en dosis  mínimas,  con el objeto de bloquear  neurotransmisores   que son los  que  desencadenan  los síntomas persistentes en el paciente   (dolor abdominal  crónico,  nauseas  o  vómitos persistentes,  faringe  hiper sensible,  dolor  torácico no cardiogénico),  fundamental tener   muy claro que no existe en el paciente  factores orgánicos que expliquen  el cuadro clínico del paciente.

Como veras   el tema es complejo, pero cada vez más entendemos mejor como abordar a estos pacientes que constituyen una de las causas más comunes de consulta diaria tanto para el médico general como para los especialistas.

Bibliografía:

1.- Roma III. “Trastornos gastrointestinales funcionales”. pág. 2 -8. Capítulo 1, tercera edición.

2.- Roma III. “trastornos gastrointestinales funcionales” pág. 7 -15 capitulo 2, tercera edición.

3.- Roma III. “trastornos gastrointestinales funcionales” prefacio.

4.- Neuro gastroenterología y motilidad gastrointestinal en la práctica clínica. Capítulo 1; pág. 1-18.  5.- eje cerebro – intestino- microbiota. Lab. Ferrer/pág. 1-10. Dr. José María Remes Troche.

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